domingo, 1 de septiembre de 2013

La trilogía comunicación, lenguaje y TIC´s

Comienzo el presente análisis tomando las palabras de Edgar Morin en el desarrollo de su "paradigma de la complejidad": "¿Qué es la complejidad? A primera vista, la complejidad es un tejido (complexus: lo que está tejido en conjunto) de constituyentes heterogéneos inseparablemente asociados: presenta la paradoja de lo uno y de lo múltiple. Al mirar con más atención, la complejidad es, efectivamente, el tejido de eventos, acciones, interacciones, retroacciones, determinaciones, azares, que constituyen nuestro mundo fenoménico. Así es que la complejidad se presenta con los riesgos inquietantes de lo enredado, de lo inextricable, del desorden, la ambigüedad, la incertidumbre..." (Morin en Guyot, 2002 p. 128)
Me posiciono desde esta perspectiva para esbozar algunas lineas respecto a la red configurada en los procesos actuales entre educación, lenguaje y tics.
Complejidad entendida por el sinfín de vinculaciones posibles de generar en los ámbitos educativos con la incorporación de las tics. Es impensado en nuestros días mantenernos al margen de los avances tecnológicos y comunicacionales que nos interpelan cotidianamente, modificando nuestros hábitos culturales, sociales, vinculares, entre otros. Es en este punto en el cual ingresa al juego, de manera obligatoria, el lenguaje y todo lo que formulemos (o no) con él. En el ámbito social, propiamente dicho, el lenguaje como símbolos y códigos comunes comienza a experimentar cambios y mutamos a la comunicación 2.0: aparecen nuevos recursos que nos hiperconectan en la virtualidad global pero que muchas veces, en su contracara, nos desconectan de la realidad.
En el ámbito educativo, sucede lo mismo, pues como institución social también absorbe el modo en que se desarrolla la sociedad. Es en este momento en el cual se comienza a evidenciar la encrucijada por incorporar al trabajo en el aula, la utilización de las tics, ya que es imposible negarlas, están presentes y debemos "hacernos cargo" de ello. Incluir las tics en nuestras practicas docentes, implica reflexionar concienzudamente sobre nuestras planificaciones, sobre las actividades y contenidos que serán abordados en un determinado espacio curricular. No se trata de incluir las tics como soluciones milagrosas a todos los problemas que evidencia el sistema educativo actual, sino generar propuestas mediante las cuales, las tics sean puentes que acorten las brechas entre el docente y el alumno,que generen variables para el trabajo colaborativo y en equipo, que motiven al alumno a comprometerse en el proceso de aprendizaje pues comparten el mismo lenguaje tecnológico.
Si las propuestas educativas que involucran tics son planificadas con criterios pedagógicos sólidos, los resultados para todas las partes intervinientes en el proceso, pueden ser sumamente gratificantes. 



 Natalia Rébola
Licenciada en Turismo (Universidad Blas Pascal)
Profesora Universitaria (Universidad Católica de Córdoba)

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